En 1882 el Ministro de Gracia y Justicia, Don Manuel Alonso Martínez, dirigió al rey Alfonso XII una Exposición de los motivos que le habían conducido a la elaboración ee la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, quizás el texto mejor escrito de la literatura jurídica española. En él se detiene en la necesidad de la figura del Ministerio Público o Fiscal ante el dubitativo concepto que sobre lo público guardan los españoles frente a otras culturas de mayor asentamiento.
Hoy, muchos años mas tarde, seguimos en las mismas. Los ministros del actual gobierno , creo yo , no tienen una especial inquina sobre el funcionario público, sino más bien sobre lo público, una realidad sin asimilar, distinta desde luego a lo privado y , aún mas, a las suma de los intetereses privados. Se trata de algo diferente, esencialmente diferente, construido en siglos de esfuerzo, verdadera identidad de una línea de evolución de nuestra cultura, inseparable de una forma de ser europea que hoy está en cuestión. Por mucho que pareza mentira, sin la lucidez de Alonso Martínez, asustados por la que se nos viene encima alguién tiene que explicarles a estos pardillos que es lo público y quines son los funcionarios públicos.
Aún mas: que no tengan duda que serán los recursos publicos quienes nos ayuden a pasar el desierto que se avecina. Tendremos que aprender a utilzar nuestros parques para hablar y jugar como nos han enseñado nuestro emigrantes, tendremos que utilizar nuestras biliotecas para encontrar que llevarnos al boca , los servicios sociales para auxiliar en las descompensaciones que se avecinan, los médicos de cabecera contra los dolores ocultos de nuestros cuerpos y a los profesores para que nuestros hijos encuentren el camino. Antes de pensar debajo de que baldosa vamos a meter los cuatro euros que tenemos en el banco más nos vale volver la vista y ver con que recursos públicos contamos. Y verán que son muchos y en buen estado. Alguién los fue haciendo y sosteniendo durante el invierno. El hortera estío para otros.
Estoy de acuerdo con lo que dice de lo público, pero desengáñese: por mucho que digan, no hay cultura de mayor asentamiento que la española.