noviembre

Llega Noviembre con los deberes hechos. Flores, nostalgia, lluvia y viento nuevo.Viene un poco atípico si lo comparamos con las páginas de Pla en » Las Horas «, pero bueno. Mucho mas lejano todavía de aquellos versos de Federico Muelas que citaba, de vez en cuando, mi padre:
carretera, tarde fría/un sol hipócrita miente/ tibieza en el desolado/ panorama de Noviembre.

He tenido que leer un par de novelas para publicar, si llega el caso y el dinero. Ahora la gente se apoya mucho en un investigador, policía o aficionado para narrar y, al final, nunca se sabe nada de él. Flaco o gordo, fumador o pejiguera, mujeriego, abstemio, lector, poeta….. Ahora, no. Ahora , lo máximo, que fue luchador antifranquista. Así que he tenido que releer algunas páginas de García Pavón y otras P.D. James para volver un poco a mi ser, y disfrutar tipo caballero. Y yo me entiendo.

También he vuelto sobre Cervantes, como cada día, ya casi como cada hora. Yo no sé que hubiera sido de mi sin ese hombre que me ha acompañado tanto. El prólogo del Persiles, Astrana Marín y eso. Burla, burlando, me he encontrado con el testamento de su mujer, cuando se refiere a su difícil marido:

» Item mando al dicho Miguel de Cervantes, mi marido , la cama en que yo muriese, con la ropa que tuviere, con más todos los muebles que yo tuviera, por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido».

Yo nunca he leído algo tan hermoso sobre el amor. Otros tiempos.

De ese tipo de amor habla la novela de Valetín Martínez Carbajo que presentamos el viernes. Por eso la publico.

Ahora me voy a poner el correo unas invitaciones tardías y a compar un Tenorio para leerme esta tarde cuando caiga la noche.

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