Desde diferentes ámbitos, con distintas voces, hace meses que llegan sin interrupción libros sobre el mal a las estanterias de nuestras viejas y queridas librerías. No son libros al uso sobre secretos de sociedades secretas, ni recorridos por las praderas de la droga y el alcohol metílico. Son libros inquietantes de autores duros cuya vínculación con el mercado va mas allá del simple éxito: La carrretera, una casa en el bosque, el pijama a rayas, vida y destino o las benevolas, son los títulos seguramente mas vendidos de las pasadas fiestas familiares. Todos ellos con una referencia expresa al mal, a la verguenza del mal , a la presencia del príncipe entre nosotros.
¿ Tiene explicación este curioso fenómeno ?
La presencia del mal socava la relación de confianza del individuo para con el mundo, altera en profundidad su ligazón convirtiendo el cosmos de nuestras vidas en un caos; digamos que altera el elemento direcional de lo creado. El mal nos pone en contacto con el desorden que arruina progresivamente nuestra propia persona y las de los que nos rodean.
¿ Es esto lo que no está ocurriendo ? ¿ Pudiera ser tambien que estuvieramos tomando conciencia y elevando nuevas y mas seguras barreras para impedir su paso ? ¿ Pudieran ser ambas cosas a la vez ?
Alguien dijo de esta época que se trataba de una bella catástrofe. Quizás no estuviera tan lejos de eso que llamamos cierto.