¿ Porqué contamos cuentos a nuestros niños ? ¿ Porqué contamos cuentos a nuestros hijos, a nuestros nietos, a los hijos de nmuestros amigos, a los niños de la escuela, a los niños enfermos de los hospitales’. ¿ Que hay de secreto en ese mundo íntimo de las historias repetidas, de lo silencios y de las sorpresas donde hadas, animales y cosas hablan y juegan para regocijo del que escucha, como si no hubieran oído contar nunca ?.
Los adultos, al parecer, nos vemos compelidos a describir el mundo para los niños. La madre que va recabando la atención de su bebé por la calle repleta de colores, olores, sonidos y personas se detiene a nombrar las cosas por su nombre.
Nené, le dice a su hijo frente a la figura de unos niños. Guaguau, mirando al perro. Un señor, insiste , señalando un adulto.
¿ Porqué entonces, llegada la noche, la madre, al calor del último beso, al abrigo de la luz, en medio de la noche, relata al mismo hijo historias completas, cerradas y definitivas en las que los animales hablan, las hadas convierten dragones en hermosas doncellas y sapos concioneros en príncipes del amor y la dulzura? ¿ Han perdido la cabeza estas madres firmes y definitivas ? ¿ Que quieren decirles a sus hijos con estos cuentos donde nada es lo que parece?
Tengo para mí que esa obligación que asumimos los adultos de contar el mundo a nuestros niños va implícita , también, la obligación de contar los otros mundos donde, sin decírselo a nadie, vivimos y nos movemos como Pedro por su casa.
Al contar cuentos a nuestros hijos asumimos la responsabilidad de transmitirles, por primera y única vez, que hay otros mundos pero están en este. Por eso a los adultos nos gusta tanto contarles cuentos a nuestros hijos. Eso sí, de noche, en el corazón del tiempo. Allí donde solamente estamos nosotros.
La editorial, consciente de estas obligaciones secretas, inagura una colección infantil el próximo viernes. » Cocodrilos en el río» de Monserrat de los Ríos va a ser el abanderado. El mundo necesita constantemente un narrador y hay que hacer algo por la vida. Una alegría profunda, se lo aseguro.