Cervantes 2

El editor sigue leyendo a Cervantes cada agosto. Ya no se tiene edad para grandes cambios. Uno se va dando cuenta de la grandeza que encierra estarse quieto. Las gentes hablan de que se va la luz, de que nos levantamos de noche, de que ya viene el relente y van camino de quererse saltar el otoño, como hacen cada año. La gente siempre esta queriendo saltarse, violentar la vida, no admitir que ella tiene su ritmo y que el secreto está en descubrirlo y acomodarse.

Leo sobre Catalina de Salazar, la mujer de Cervantes. Astrana Marín y cosas viejas. Se ha dicho que el matrimonio fue la peor experiencia de un Miguel viejo, acabado , impotente, buscando partido, ahogándose en las miserias manchegas de Esquivias. Hay que volver sobre es testamento de su joven mujer para vislumbrar que aquel extraño matrimonio pudo ser uno de los pocos oasis, un tiempo de serenidad y alabanza en la heroica y ejemplar vida del maestro.

» Item mando al dicho Miguel de Cervantes, mi marido, la cama en la que yo muriese, con la ropa que tuviere, por el mucho amor y buena compañía que ambos hemos tenido».

Pocas letras tan hermosas para definir un tiempo. Frases tiernas y frágiles para hacer compañia en estos días de agosto donde se produce uno de los dobleces mas populares y manidos.

» en agosto, frío al rostro «, dicen.

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