La vida de los libros es muy breve. Es cruelmente breve. Para los autores se trata de una sorpresa y para los editores una confirmación dolorosa que nos vuelve más y más viejos.Muchas veces pienso la lentitud es una de las pocas formas de resitencia. Sten Nadonly escribió una soberbia novela de mar » El descubrimiento de la lentitud «en la que puede encontrarse esta perla que espero que ayude a sobrellevar la semana:
» con frecuencia escapaba de la muerte, pues era más lento que ella».
Alguién ha comentado a propósito del relato:
«la crítica social no puede ser hoy otra cosa que cr´tica de la falsa movilidad. La serenidad es ahora más subversiva que la prisa, la reflexión más oportuna que la acción»
Cada año , impreso en papel artesano de Segundo Santos en Cuenca, yo hago un libro que pretende la lentitud y ,a fin de cuentas, la permanencia.
Otro día, lo cuento.