Los libros tienen sus cosas, como las personas. No ha encajado en mi vida. Su tacto en tapa castellana no me gusta. Su foma de estar en la biblioteca me parece presuntuosa. No me llega su cariño, esta raro, distante, desocupado. Apenas voy a consultarlo. No veo yo que vaya a hacerme mucha compañía cuando llegué el tiempo en el que ya no hay tiempo.
Ha sido una sorpresa. Un indicativo de lo raro que nos ponemos cuando van alcanzándonos los primeros avisos de lo que seremos en breve y ya ni lo que creíamos propio ( ni siquiera las ilusiones) responden a nuestros deseos.
Con estas cosas es mejor a menos perder. No volver sobre ellas. Uno las despide haciéndose el sorprendido, pero consciente de que cada vez somos menos dueños de nosotros mismos. Y así con todo.
Editor, me caguen diez, si alguien no llegua a captar la grandeza de Cervantes no tire la toalla. Porque si Vd. quiere, puede hacer una crónica mil veces mejor que nadie ¿no?, pues comience ya ¿a qué espera?. Siempre ha sido ÚNICO Y EL QUE MEJOR LE CONOCE ¡COÑO!.Queda dicho.