Según una pequeña anotación que tengo hoy es Santa Lucia, el día mas corto del año. Es decir el día con menos luz, la noche más larga.
Ayer, con busqué una ventana de mi casa para echar una siestecita y al despertarme poder leer con el sol, entre cristales, del invierno. Cuando me desperté estaba huyendo la luz, poco mas de las cuatro y media de la tarde. Me asusté un poco y me fui corriendo al nacimiento para moverme entre las luces verdes de navidad y el rojo de la bombilla pequeña del belén. En sus alrededores pasé lo que quedaba del día.
Para el editor, como para tantos, el sol es en buena medida la fuente de su energía, por encima de las grandes novelas y los vinos jóvenes. El sol del otoño ( sol de chepa), el sol del invierno( frío y sol , mezcla perfecta), el sol de primavera ( una sorpresa entre las nubes rápidas ), el sol del amanecer en verano, cuando los barcos de la Garrucha se hacen a la mar plácida del levante. El sol, ya les digo.
Hoy día de Santa Lucía, ni luz, ni sol. La botella casi vacia. Hay que volverse hacia los grandes sitios para encontrar un poco de esperanza. Veamos lo que les dice esto:
» No os inquiteís, pues, diciendo ¿ que comeremos ?, ¿ que beberemos ? o ¿ como nos vestiremos ? . Por todas estas cosas se afanan las gentes. Vosotros buscad primero el reino y lo demás se os dará por añadidura. Así que no os inquieteís por el día de mañana que el mañana traerá su inquietud » .
La paz proviene de la certeza de que estas cosas son verdaderas, tengo anotado yo en mi pequeño cuaderno de campo.
Me pasa a menudo que después de leer al editor me queda por dentro como un gran sosiego,una paz…
Los días así me parecen tristes. Salir a trabajar de noche y volver a casa de noche (aunque solo sean las 6)te hace sentir raro, mal.
Muy hermoso.
No es cierto que el invierno sea triste; es bellísimo un día de invierno con sol, con ese aire que parece que se respiran cristales triturados, esa limpieza, y esa nieve restallante, si llega… Los mejores paseos se dan en invierno, siempre que no haga viento.
Y los atardeceres rápidos, en malva, morado, rojo encendido, para recogerse pronto a casa, a leer algo bueno.
Recuerdo los inviernos de mi niñez en los pueblos de Castilla, por eso el invierno y estas fechas me traen: el calor de la gloria de aquella casa, el de la estufa de
la escuela, los textos de la enciclopedia, la leche en polvo, el sabor de las naranjas con aceite y azucar y el olor de esa tierra que desde la distancia no he dejado de adorar.
Recuerdo los inviernos de mi niñez en los pueblos de Castilla, por eso el invierno y estas fechas me traen: el calor de la gloria de aquella casa, el de la estufa de
la escuela, los textos de la enciclopedia, la leche en polvo, el sabor de las naranjas con aceite y azucar y el olor de esa tierra que desde la distancia no he dejado de adorar.
¡Felices Fiestas, sr. Editor!