Un profesor universitario aficando en Sevilla me cuenta una anecdota de Curro Romero en pleno invierno del patriarca.
Mi amigo, titular de Derecho Constitucional en el corazón del arte, tiene bula de presencia por su defensa de la fiesta y su furor de aficionado. Me dice que Curro es ya un santo en vida, que la gente le saca los niños cuando pasa por la calle para que los toque, que todos sus movimientos son medidos, elegantes, definitivos; que juega mucho al dominó y que a veces torea de salón el solo en su casa. El león en invierno, ya les digo.
El caso es que en una comida íntima a la que asistió mi amigo alguíen le dijo al maestro que que era lo más difícil.
Ni el miedo, ni la muerte, ni tenerte que buscar la gloria, ni la edad, ni el contrario, dijo el de Camas. Lo mas difícil es estar bonito. Y se quedó tan ancho.
¿ De dónde nos viene a la gente este arranque de erguirnos en plena dificultad, cuando la bicha nos enseña la cara ? ¿ De donde nos sale el tronio frente a la ofensa ? ¿ de dónde el ponerse la mejor camisa cuando el cuerpo ya no quiere acompañarnos ? ¿ Dónde nace la ética de la estética ?
Sevilla es la ciudad del mundo donde el arte tiene la mejor cotización en bolsa. En Sevilla no es na ser Ingeniero Aereonáutico, ni profesor de Constitucional, ni rico . En Sevilla si tiene arte pasas primero y luego se forma la cola. En el límite, ese arte limita con el estar bonito de Curro. Ajustarse la montera, mirar de frente y andar despacio.
Cuentan de Francisco I que viendo correr a sus soldados en la batalla de Pavia gritaba enloquecido:
¿ pero que queréis ? , ¿ vivir eternamente ?.
A lo mejor un libro de relatos de esta casa sobre nuestra relación con los animales se presenta en La Maestranza. Sería una de esas emociones por la que merece la pena haber vivido.