He leído durante el fin de semana la maravillosa edición de Destino » Cuatro historias de la República» para andar un poco con los tiempos del año, y también por mi mala relación con la segunda república a la que suelo ver cargada de emociones y vaga y displicente con lo que fueron sus problemas y agobios de tan trágico final. Con esta edad tiende uno siempre a reconciliarse y una y otra vez, cuando va a llegar el climax, se personas las evidencias y se termina por cerrar la tienda e irse a tomar un chisme con los amigos de siempre, que son dos, uno, o ninguno. Mas es mentira, lo sabemos.
No me fio mucho de mi opinión sobre la república pero si que vengo a coincidir, cada vez que vuelvo, sobre el buen peridismo que se hizo entonces, los buenos periodistas que fueron ellos, lo que prestigiaron la profesión y lo poco que queda de ellos en nuestros malolientes diarios. Entre todos mis preferidos son Pla y Chaves Nogales, y entre los dos Plá, aunque ahora va creciendo la figura inmensa y desprestigiada de Chaves Nogales, hijo y nieto de Camborios. Anoche leí sus páginas sobre la sublevación asturiana y la semana santa sevillana del año 1935 y me quedé de piedra. !Que delicia, que distanciamiento, que verdad en tono de ir pasando el rato!. Que le de gracias Zapatero a que ya no está Nogales porque si no la patardada esta de las ministras y la igualdad le hubiera costado cara. ¿ No va a ser posible que este señor nos tome definitivamente por adultos ?.