lento

En la página 51 de la edicción española en Anagrama del mágnifico texto de Alan Bennett » Una lectora nada común » encuentro, al fin, mi nombre que siempre había mantenido oculto bajo la manta segura de la lentitud. Opsímata para referirse a las personas que aprenden tarde en la vida. Es decir que lo que yo creía, mas o menos, una virtud ( «El descubrimiento de la lentitud» se llama esa novela ) no es ni mas ni menos, como siempre me he temido, que una incapacidad muy cercana a la impotencia. !Ea! que uno no aprende nunca que es cosa muy distinta a de no terminar de aprender nunca. En esos términos anda el debate de una vida.
Viene al caso porque me acabo de dar cuenta, creo que acabo de entender la presencia tonta de una pequeña editorial en una feria que se tiene por grande. Veamos: 600 euros de caseta, pagar a la persona que te la atiende, invitar a comer a tres o cuatro que celebran tu fiesta y echar cuentas. En el debe, uno paga una parte ( pequeña, claro ) de un director y dos o o tres subdirectores de esos que se ganan la vida con sus sus curricululos de silicona, la troupe de escritores definidos porque siempre son mas en la mesa que en el público, y un docena de jóvenes que ya ni se esfuerzan en estar buenas, que nunca saben por lo que les preguntas y que siempre se encuentran molestas porque se les pregunte algo. Total que he aprendido que uno a esto va de palmero y claro, pasa lo que pasa. No voy mas dice el editor y otra vez como es opsímata, pues lo dice tarde y mal, que al fin y al cabo es lo mismo.
Volvamos al principio para respirar un poco. En el texto de Bennet la reina de Inglaterra por una casualidad, se vuelve una lectora convulsiva y eso revoluciona su entorno. Lógico. En un momento llega a decir :

—El otro día leí un poema buenísismo sobre como se unieron el Titanic y el icebergo que lo hundió. Se titula» La convergencia de dos» . ¿ Lo conoce ?

—No, señora, dice su primer ministro. Pero, ¿ de que serviría ?

—¿Le serviría a quién ?

—Pues…. al pueblo

—Oh- dijo la reina – sin duda le enseñaría que todos dependemos del destino, ¿ n0 ?

Lento o opsímata, esa es la cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *