Se vendieron libros. El acto quedó elegante y no querían irse, estaban tan a gusto con su vino y la compañía. No se puede pedir más. Todo parece indicar vida y salud para la obra.
Hay algo, sin embargo, que no cuadra y tiene que ver con el éxito. Porqué, claro, el éxito no es la gloria y ese desliz nos duele mucho a algunos. Antes los escritores se sentían llamados a la gloria y el éxito les atraía poco. Incluso sufrían la tentación de evitarlo. No iba con ellos.
De esta manera, el acto de la otra tarde puede guardar otra lectura: estaban los amigos del autor. Algunos habían venido de lejos. Estaban los fieles amigos del editor como siempre. Estaba, emocionada, la familia del autor disfrutando del tono sincero de lo que sucedía. El presentador estaba cariñoso, cercano, inteligible, sin hablar una sola palabra de el, cosa bien rara. Tenía la cosa un olor a tertulia , pasión intacta por los libros. Olía a verdad y ese, desde luego, no es el olor del éxito.
Los sorprendente es que Valentín Martínez Carbajo, el escritor, conoce ambas realidades y no sufre la tensión de su enfrentamiento. Más le parece que pueden convivir en su cabeza, sin demasiados sobresaltos. A mí me gusta que sea así o a mí me gusta que el lo sienta así hasta que el tiempo le quite lo bailado.
Pd.- Lo que si fue dulce, sin desajustes, fue la visita el día siguiente al taller de Jesús Capa. Tres generaciones; padres, hijos y abuelos sobre los campos de color de un artista que acaba de desembarcar en los grandes grises. Todos por allí comiendo buñuelos y opinando. Mi sobrina Cristina, los hijos de Antonio, la hermana de Jesús. ¿ Exito o Gloria ? ¿ Pasión o bonanza ?. ¿ De que hablan los autores en la intimidad de sus sueños?