San Mateo. 21 de septiembre 2009, San Mateo. El santo de mi padre, la vaquilla en Cuenca, la nostalgia. El hilo que teje la vida.
Leo en una magnífica » biografía» de Londres que los lunes era los días señalados para las ejecuciones públicas y también las jornadas elegidas por las mujeres para beber ginebra. Suficiente. Los lunes tienen ese no se que de desesperanza, de tener que volver, de claudicar y tomar de nuevo el camino del trabajo.
Volver es la peor fatiga del alma. Volver tiene algo de repetición histérica. Volver es, hoy más que nunca, la confirmación de que el viajero poco sabe porqué nunca ha estado realmente en ningún sitio. En el camino de vuelta resuena el tic-tac del tiempo que se acaba. La certeza de que nunca debiamos haber salido del lugar que sabemos como nuestro.
Volver es el destino fatal del que ha vivido.