Enero suele terner la semana de más frío. Febrero la primera semana de primavera. Un anticipo. Enero tiene además unas cuantas cosas que le hacen especial y muy querido: la luz, el tiempo recobrado, las lunas y san Antón. Todos tienen sus refranes aunque yo solo me aceurdo ahora mismo de uno en catalán que une el crecimiento del día con el frío, pero no es cuestión de ponernos estupendos así que busquen en Plá que seguro que aciertan.
En enero crece el día y en ese notarlo vamos viendo que remontamos la cuesta del invierno, que vamos a poder un año más llegar a la manzanilla fresquita, al té de río y a los tomates recién cogidos de la tierra. Tiene también una luz muy limpia, nueva, no usada, que ilumina las primeras horas de la mañana de una forma delicada pero rotunda como solo pueden hacerlo la naturaleza en flor. Parece un contrasentido hablarde mañanas de enero en flor pero es así, se lo juro. Tiene, a mayores, las lunas más bonitas del año. Lunas rotundas, definitivas y metálicas en medio de la noche capaces de hacer enloquecer a los mejores. Es decir, a los predispuestos.
Pero a mí lo que más me gusta de enero es san Antón, la bendición de los animales, el gentio buscando la fiesta al solito de los bueyes. San Antón es un santo que sabe como todos del paso del tiempo y no hace mucho que bendencia sustancialmente animales de tracción, burros , mulas y eso. Ahora basicamente pone las manos encima de los animales de compañía, pequeños y grandes que hacen más llevadera el ansia del hombre por estar en comunicación con el universo. San Antón sabe que lo que más gusta a los hombres de los animales es su certeza; su lealtad sin límites, su ausencia de la duda criminal. San Antón ha hablado muchas veces de esto con san Pedro. No hay nada más duro de ver que una bofetada a un niño, que un palo a un animal que te toma por dueño. Ver matar a un animal a palos, ver colgar a un galgo en un pinar castellano, dejarle allí abandonado hasta que le alcanza la muerte, es un delito de difícil perdón y de imposible olvido. Los animales con su certeza, nos recuerdan lo que fuimos y lo que hemos perdido. San Antón , el santo de enero, está ahí para devolvernos al camino.
Enero es un mes muy limpio. A disfrutarlo.
Cerca de mi pueblo hacen unos panecillos de San Antón que también le harían disfrutar del Santo!!!!!!