En mi opinión lo que sucede es que el día señalado en el calendario les impide mirar hacia otro lado y nos recuerda, año tras año, el progresivo alejamiento de lo que debimos ser, de nuestro proyecto vital, de lo que la vida tenía reservado para nosotros y tiramos por la borda como un anillo al aguda. La onomástica nos tira a la cara los restos del naufragio en el que nos hemos convertido, mas que nada por nuestra sinrazón y nuestra falta de carácter en el empeño.
Hay personas, sin embargo, que cuando cumplen años se precen mas a ellos mismos, mas enteros, como si las piezas hubieran encajado y sus logros, o mejor aún su manera de estar en el mundo fuera la adecuada, la que les tenía reservada el destino que ellos se han ido labrando como una vieja viña que parecía remisa a retoñar y luego entrega unos frutos sorprendentes por añejos. Son personas que han llegado a un pacto con el tiempo y viven en él realquiladas, pero serenas.
Hay que felicitarles porque su triunfo es así mismo un poco el nuestro.Representan también lo que hubieramos podido ser nosotros mismos. Nos representan. Son garantes del género. Gente hermosa, señores de su ánimo, a los que hay que allanar el camino, apoyarles en cualquier momento que nos necesiten y alegrarse con ellos de las íntimas cosas de la vida. Forman en el ejército de las cosas posibles frente a la necedad de haber quedado varados en el territorio de los probable.
De todo corazón, felicidades.
Pd.- El libro de Quijano ya está en la imprenta. Tiene fecha de presentación para el 22 de marzo. Finalmente Felipe Gonzalez ha declinado su intervención por asuntos de agenda. Dice su secretaria en un e-mail que ahora trabaja casi mas que de presidente. Vamos a dejar la fiesta en paz.