La pasión con la que da vida a las palabras hace honor a una consideración que lleva a rajatabla, el autor debe tener voz propia. Así lo cree y lo refleja en la poesía, un género que practica desde la infancia y que admira por su musicalidad, por el ritmo con el que hay que llenar los versos. Muy joven supo que su mundo era verbal. Dice de sí misma que es más lectora que escritora, pero raro es el día que no hace tanto lo uno como lo otro. Cuando escribe, quiere resultados y busca siempre el camino para mejorarlos, dedicando tiempo, afecto y un cuidado extremo para alcanzar aquello que le resulte más digno y más pulcro. Desde hace años mantiene en internet un Cuaderno de Lectura que se acerca a las cuatrocientas páginas, en el que narra sus vivencias personales con la literatura, relaciona diferentes obras entre sí y aporta su parecer. Deslumbra su optimismo sobre el lugar que ocupan los libros en la sociedad, reconoce que el formato papel se ha recuperado y que las novelas están a la alza.